Doce de los trece integrantes de Cruz Roja desplazados a Madrid para atender a los familiares de las víctimas del accidente aéreo de Barajas.
TEXTO M.P. FOTO. Montero
Reconforta encontrar un hombro en el que sollozar o una palabra de aliento cuando uno sufre. Estas labores, entre otras, han desempeñado trece voluntarios de Cruz Roja Navarra que regresaron ayer de Madrid tras atender a familiares de los fallecidos en el accidente.
“SENCILLAMENTE, nos motiva la posibilidad de poder ayudar en algo, que desde luego en estos casos es mínima. No puedes eliminar el sufrimiento, pero sí que puedes facilitar la situación a personas que en ese momento están desbordadas. Eso para nosotros es muchísimo”, afirmó ayer la psicóloga María Contín una vez que había regresado de Madrid, donde acudió junto a otros doce voluntarios de Cruz Roja Navarra para atender y acompañar a los familiares de las víctimas del accidente aéreo registrado el miércoles en el aeropuerto de Barajas, en el que perdieron la vida 153 personas.
Cansados pero sin perder la sonrisa, los integrantes del Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE) de Cruz Roja Navarra (Txema Zarraluqui, Javier Cañada, Sara Merchán, María Contín, Nerea Ramos, Maite Gastesi, Patricia Rández, David Pérez, Esperanza Arandigoyen, Mª José Valencia, Javier Vilches, Lourdes Arteta y Fernando Irañeta) llegaron a Pamplona sobre las 19.30 horas. “Nuestra función ha sido sobre todo acompañar, orientar en momentos en los que lógicamente los familiares están en una situación traumática que genera un estado de confusión mental en el que tener que hacer cosas, como trámites, hacerse pruebas de ADN, buscar la sala donde tienen que estar para que la Policía les pueda localizar, les supone un esfuerzo mental que en ese momento es…”, explicó la psicóloga María Contín, quien agregó que asisten “a las personas que necesitan desahogarse, les escuchamos, apoyamos, les proporcionamos contacto físico, ya que el estar ahí acompañándoles, dentro de lo que cabe, alivia. No elimina el dolor, que eso es imposible, pero alivia, que al final es la función y el objetivo que buscamos”.
Al respecto, la psicóloga Sara Merchán sostuvo que aunque el trabajo in situ “no es más que un acompañamiento y un dejar ventilar, dejar hablar y empezar a liberar sentimientos, posteriormente todo ese apoyo favorece la recuperación de la persona”. Además, Merchán expuso que también “controlan aquellos casos que parece que se puedan descontrolar más, para luego realizar un seguimiento de salud mental”.
Tanto Contín como Merchán se mostraron impresionadas por algunas situaciones concretas: “Personas que han perdido a toda su familia o padres que han dejado a sus hijos subirse al avión”, apuntaron las psicólogas.
Para que la experiencia vivida no haga mella en ellos, ahora los trece voluntarios navarros deberán someterse a psicoterapia. “Una vez que hemos vuelto hay una o dos personas con formación en psicología que se ocupan de hacer una dinámica de grupos para favorecer que cada uno pueda contar su experiencia.
También es super importante que durante la intervención nos apoyemos entre nosotros, respetemos que haya momentos de descanso, que no se hagan turnos demasiado largos porque cuanto más largos sean y más saturado estás más probable es que luego puedas desarrollar síntomas de estrés o incluso un estrés postraumático”, señaló Contín. Sin embargo, destacó que en este caso han estado muy pendientes los unos de los otros. “Los turnos que hemos tenido han sido buenos y también el apoyo entre los miembros del equipo”, apuntó Merchán.
Teniendo en cuenta lo difícil que resulta muchas veces proporcionar una palabra de consuelo a alguien cercano cuando vive una experiencia traumática, la labor desempeñada por estos voluntarios resulta encomiable.
Una labor de apoyo psicosocial para la que se comprometen y se forman durante todo el año con el fin de poder ayudar cuando se produce una emergencia de este tipo.Acambio, ellos se conforman con una cosa, el sincero agradecimiento de los afectados: “Mequedo con un abrazo que me dieron el jueves por la mañana o con una sonrisa”, afirmó Merchán.
“Cómo te miran cuando te dan las gracias te compensa totalmente. Es un gracias muy sincero y sentido”, concluye su compañera Contín. En Pamplona había otro equipo de Cruz Roja preparado para relevarles en Madrid, algo que finalmente no fue necesario.